“En lo que concierne a nuestro deseo, no quisiéramos combatir ni un solo día. Pero si las circunstancias nos obligan a luchar, podemos hacerlo hasta el fin. (Pte. Mao Tsetung)”
Hoy 7 de noviembre a seis años del asesinato de Alex Lemun la historia una vez mas nos muestra el camino, pero no cualquier historia, sino la que campesinos y proletarios han escrito con sangre y con lucha continua por las reivindicaciones de clase que son negadas por los explotadores.
Alex murió luchando por la justa reivindicación de la tierra, murió luchando por el derecho básico de todo campesino, de todo mapuche o “gente de la tierra” a permanecer en el campo, y a no dejarse avasallar por los grandes latifundistas ni por las forestales. Alex Lemun y los peñis que pelearon con el y que continúan luchando de manera honesta y decidida, nos demuestran la fuerza que tiene el campesinado como clase, y el trascendental papel que el campesino pobre tiene en la historia como fuerza principal de la revolución.
En estos seis años la justicia burguesa no ha hecho absolutamente nada, sino por el contrario considero libre de cargos al homicida de Alex, y sigue encarcelando a otros mapuche y no mapuche por "amenaza terrorista" como a los compañeros de antropología, y continua asesinando de manera impune como lo hizo con Matías Catrileo y Rodrigo Cisterna, entre muchos otros. Pero ¿Qué se puede esperar de un estado y de un gobierno corrupto, que solo ampara y defiende a los más poderosos, a los intereses económicos, a las empresas forestales, e incluso a estos asesinos? Estamos comprobando una vez mas como los organismos del Estado chileno llegan a la irracionalidad y brutalidad para proteger las inversiones que empresarios nacionales y extranjeros tienen en este país, reafirmando con ello el poderío de un sistema económico desigual, reafirmando que el estado no dudara ni por un segundo en defenderse ya sea aplicando leyes antiterroristas, o asesinando a sangre fría a cualquiera que ataque a los intereses de las clases que lo componen, es decir, a cualquiera que atente contra la propiedad de la burguesía en las ciudades o de los terratenientes en el campo y por lo tanto debemos entender que su necesaria destrucción debe pasar por la destrucción de estas clases explotadores arrebatándole los medios de producción a la burguesía para entregárselos al proletariado, y expropiando la tierra a los terratenientes para entregarla a quienes realmente la trabajan, a quienes con el sudor diario en sus espaldas y el sol y la lluvia en sus caras trabajan la tierra, quieren la tierra, viven de la tierra y pertenecen a ella. Entregar la tierra al campesino pobre, al mapuche pobre que pretenden hacinar injustamente en las ciudades.
Ni los terratenientes ni las forestales merecen ni un solo grano mas de tierra, hasta la última piedra debe ser expropiada y arrebatada de sus imperialistas manos teñidas con sangre de luchadores como Alex, como Matías y como Rodrigo Cisternas.
La mejor forma de vengar la sangre de quienes cayeron por liberar a los explotados es entendiendo de una vez que este estado no nos pertenece, este estado no necesita ser maquillado ni modificado como planean ciertas instituciones, sino que este estado asesino de nuestros compañeros debe ser destruido, reducirse a cenizas a través de la lucha de las masas organizadas, movilizadas y armadas, y es aquí donde el campesinado juega un papel trascendental como la demostrado a lo largo de la historia en Rusia, en China, en Perú, entre otros, y en la lucha que actualmente dan los mapuches mas empobrecidos en el campo, quienes han entregado su vida por un cambio profundo, por no poner la otra mejilla sino defender con fuerza su tierra.
Luchadores como Alex nos enseñan que a la violencia reaccionaria hay que oponerle violencia revolucionaria, lucha campesina como herramienta legitima y necesaria para destruir de una vez a los explotadores y opresores que componen el estado y acabar de una vez con la lacra usurpadora y parasitaria que son los terratenientes.
La experiencia nos enseña, la sangre de trabajadores y campesinos, la opresión diaria de un pueblo nos enseña que ¡ESTE ESTADO NO NOS SIRVE! y que nuestra liberación esta en la lucha frontal por liberarnos de nuestras cadenas!!!
"Aunque es doloroso, el asesinato de Alex forma parte de la historia de despojo e injusticia contra el Pueblo Mapuche. Pero es también la posibilidad de que el dar su vida por una lucha justa, sirva de ejemplo a los jóvenes, los pobres, los campesinos, los mapuche". (Extracto declaración publica familia Lemún Saavedra, 12 nov 2003)